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Mini-guía del blanco y negro en fotografía digital

Mini-guía del blanco y negro en fotografía digital

Por mucho que nos quiten los espejos de las compactas, nos multipliquen los píxeles en el sensor y nos ofrezcan cada vez modelos más monosla fotografía digital sigue teniendo una cuenta pendiente con relación a la analógica: la calidad de sus fotos en blanco y negro.

¿Por qué? Muy sencillo. Las cámaras analógicas disponen de películas en color y películas en blanco y negro; es como si en nuestra cámara digital dispusiésemos de un sensor para cada tipo de imagen, cuando en realidad, las imágenes digitales en blanco y negro sólo son una conversión de los datos que llegan al sensor.

Esto se traduce en una mayor tosquedad a la hora de interpretar los contrastes, una gama de grises más pobre y la ausencia de texturas (grano). Como es lógico, siempre va a funcionar mejor una película fabricada para captar la realidad en escala de grises que un sensor que debe interpretar la luz en función de algoritmos.

Pero tampoco hay que desesperar. Aun no ofreciendo el mejor de los resultados posibles, las cámaras digitales siguen afinándose generación tras generación para dar con una interpretación más natural de las fotografías en blanco y negro.

En cualquier caso, si te gusta este tipo de fotografía, nunca dispares en la modalidad blanco y negro integrada en tu cámara. Sé que suena raro, pero la razón es bien simple: cuando le dices a tu cámara que dispare en escala de grises, lo que le estás diciendo (sin saberlo) es que descarte la información que le llega a través de sus tres canales de color (RGB: rojo, verde y azul), unos 16 millones de colores; para que se quede únicamente con aquellos datos que integran la escala de grises.

En otras palabras: estás despreciando la mayor de la información lumínica que llega al sensor de tu preciada cámara. Por ello, la mejor opción es disparar en color y luego pasar a blanco y negro en Photoshop, GIMPCapture One o el software al que le tengas más cariño.

Pero ojo: dentro de los distintos métodos que hay para pasar una imagen en color a su variante en blanco y negro existen opciones más completas que otras: los modos “desaturar” (en Photoshop: “imagen”, “ajustes”, “desaturar”) y “escala de grises” (“imagen”, “modo”, “escala de grises”) hacen exactamente lo mismo que nuestra cámara cuando disparamos en blanco y negro. Es decir: se limitan a eliminar la información cromática, restándole matices a la imagen. Así, aunque son los modos más sencillos de conversión a blanco y negro, también son los que ofrecen unos resultados más pobres.

La forma más recomendable de pasar una foto a blanco y negro en Photoshop es a través del método “Color Lab”, que consiste en traducir los canales RGB a canales de luminosidad, Lab, a y b. Es tan sencillo como irse a “imagen”, “modo” y luego a “color lab”. En la pestaña de “canales” (junto a “capas”) aparecerán los cuatro canales antes descritos, y pasaremos a seleccionar y copiar el de luminosidad.

Una vez copiado el canal, volveremos a “imagen” y “modo” para convertir la foto nuevamente a “RGB”. Abrimos otra vez los canales y pegamos el canal de luminosidad en cada uno de los canales RGB.

De esta manera, no se ha despreciado la información que lleva cada canal RGB y el blanco y negro se comporta de distinta manera en función de los matices que integran cada canal.

Por supuesto, hay muchos otros métodos para pasar nuestras imágenes en color a blanco y negro (algunos de ellos inventados por fotógrafos de renombre), así que os recomendamos que investiguéis en la web y que os hagáis con acciones para ver qué pasos siguen otros fotógrafos para convertir sus fotos digitales a blanco y negro.

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